miércoles, 18 de junio de 2014

Fase depresiva.

Allí estoy yo.

Sentada en medio de un cuarto destruido, con una pila de pastillas enfrente mio y mi perrita temiéndome, pero a su vez queriendo acercarse a mi con -creo yo- la esperanza de calmarme.



"De nuevo volvemos a lo mismo Fernanda..." me digo a mi misma una y otra vez.

Depresión, puta depresión... pero tengo mis razones para sentirme mal. Mas allá de todo, tengo razón en absolutamente todo lo que le digo a mis padres. Aunque ellos creen que todo lo que digo es un capricho, YO SE que tengo razón.

La misma licenciada fue quien le dijo a mi madre "no pueden obligarla a nada que no quiera"

Y ahí volvemos a una chica... con el pelo fucsia recién teñido y mojado... acostada en un colchón sucio, en medio de lo que alguna vez fue un cuarto ordenado, gritando y llorando al menos tres horas seguidas. "mierda" pensaba una y otra vez "¿como es que puedo llorar tanto y no dejar de hacerlo?"

Claro que la justificación que respalda este comportamiento, es mas sencilla de lo que parece...

"Nadie piensa en mi"



Parece una frase típica adolescente, pero la situación por la cual todo termino así, no es una situación típica adolescente. Ojala lo fuera... extraño mis días de idiotez adolescente, pero no... no lo es...

Solo una loca comparte un vídeo de su hermana en un intento de suicidio y se ríe con sus amigas... y si... la del vídeo soy yo.